jueves, 19 de marzo de 2009



Tierra deténte...

dulce y lentamente.





Y arroja en tu pausa todas las armas del odio...

al vacío el hombre que ha deleznado su condición,

al vacío sin nombre.

Donde pueda ver los restos de los masacrados.

Donde pueda ver, mudo para siempre,

como se alejan sus hermanos hacia la luz.

El hombre del no-hombre, impronunciable,

vagará en esa brecha condenada del tiempo,

devendrá en brea, negra y espesa

como una noche sin fin.



lunes, 16 de marzo de 2009




Tierra deténte...

dulce y lentamente.